Las remesas, esto es, los fondos que las personas migrantes envían a sus familias, son un salvavidas para un número incontable de personas. Según distintas estimaciones, las remeses enviadas a países de ingreso bajo y mediano en 2022 ascendieron a 647 000 millones de dólares de los Estados Unidos.
Millones de familias reciben alrededor de 200 dólares al mes en remesas, y se estima que aproximadamente la mitad de las transferencias internacionales se destinan a poblaciones rurales.
Puede parecer una cantidad pequeña, pero, en conjunto, las remesas tienen una capacidad enorme de transformar el desarrollo. De hecho, estos flujos triplican la asistencia oficial para el desarrollo.
Como experto del FIDA en remesas, estoy convencido de que son fundamentales para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que permiten que los receptores alimenten a su familia, que los niños y niñas vayan a la escuela, que las mujeres se empoderen y que se puedan encontrar soluciones verdes. Durante los últimos 16 años, he sido testigo de que estas transferencias pueden sacar de la pobreza a las personas del medio rural y ayudarlas a aumentar su resiliencia.
Transformación de las transferencia
También he visto cómo se han transformado las remesas internacionales en los últimos años. Antes eran complicadas de hacer y resultaban caras. Sin embargo, en los últimos 20 años, los costos de transacción han disminuido considerablemente, sobre todo debido al aumento del acceso a la tecnología digital.
“En Filipinas, prácticamente todo el mundo tiene un teléfono móvil”, afirma Jan Manglo, Director de Márketing en Gcash, uno de los principales proveedores de servicios financieros del país. “Vayas donde vayas, en cualquier momento del día, puedes recibir una remesa”.
Uno de los aspectos positivos de la pandemia fue que más hogares rurales se familiarizaron con las remesas digitales, lo que facilita y abarata la recepción de estos fondos esenciales, dado que deja de ser necesario desplazarse hasta los puntos de retirada de efectivo.
Los beneficios indirectos del dinero digital
Las transferencias electrónicas también alientan a los países a invertir en infraestructura digital. Gracias a la mejora de la conectividad, los migrantes pueden mantenerse en contacto con sus seres queridos, a quienes dejaron en su país de origen con la esperanza de procurar una vida mejor para sí mismos y sus familias. El fortalecimiento de las infraestructuras también puede impulsar la inclusión financiera, lo que facilita que las personas del medio rural que no tienen cuenta bancaria puedan acceder a otros servicios financieros, como seguros y préstamos. Gracias a ello, pueden invertir en sus negocios y aumentar su resiliencia ante todo tipo de perturbaciones.
Reducir la brecha de género
Las remesas digitales son especialmente esperanzadoras para las mujeres, quienes tal vez tengan más dificultades para encontrar tiempo de ir al banco debido a las responsabilidades familiares o a las normas culturales. Asimismo, es más probable que queden excluidas de los sistemas financieros convencionales. La banca digital las empodera porque les permite acceder a su dinero de forma rápida y segura.
“Les enseño mi número de identificación, miran mi teléfono móvil para ver si el número de referencia coincide con el que tienen ellos y me dan el dinero”, dice Remedios Valdesco, una mujer de Filipinas. “Consigo mi dinero inmediatamente”.
Hacia un futuro digital
A pesar de que la comisión es de menos de 4 dólares por cada 100 dólares enviados, las transferencias digitales siguen estando infrautilizadas. En 2022, las remesas realizadas a través del teléfono móvil solo representaron el 3,5 % de todos los flujos mundiales.
A fin de sacar más partido a las remesas en favor del desarrollo rural, debemos lograr que el envío y la recepción de dinero digital sea un proceso más fácil y atractivo. Actualmente, cada vez más proveedores disponen de servicios y productos financieros para las personas del medio rural y están llegando a los grupos vulnerables, como las mujeres y las personas jóvenes. No obstante, aún quedan enormes oportunidades por explotar para el sector privado, que podría mejorar las remesas digitales y obtener beneficios económicos con ello.
Sin embargo, la tecnología digital no es una buena solución en todas las situaciones. Los productos y servicios deberían concebirse de tal forma que se adaptaran al acceso y la alfabetización digitales de los usuarios. A tal fin, por ejemplo, se podrían utilizar mensajes de texto en los lugares en que el índice de penetración de los teléfonos inteligentes sea bajo o códigos numéricos cortos para las personas que no conocen el idioma local, así como poner en marcha iniciativas dirigidas a fomentar la alfabetización digital y financiera.
Gracias al programa Plataforma para Remesas, Inversiones y Emprendimiento de los Migrantes en África (PRIME África), el FIDA y la Comisión Europea están promoviendo nuevas soluciones digitales. Por ejemplo, el FIDA está apoyando la creación de una red de agentes que se encarguen de enviar remesas a través del teléfono móvil desde Francia hasta las zonas rurales del Senegal con un bajo costo.
Hace tan solo unos años, las monedas resonaban en nuestros bolsillos. En la actualidad, muchas personas pagan simplemente escaneando un código QR.No obstante, esta pequeña ventaja de la era digital es solo la punta del iceberg. Gracias al dinero que fluye de Roma a Rabat con el simple movimiento de un dedo, podemos transformar el futuro de las zonas rurales.Las remesas digitales representan un cambio real para las poblaciones rurales de África gracias al programa PRIME África, apoyado por el FIDA.
Por Pedro de Vasconcelos
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