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Writer's pictureJaime González Gasque

Navegando por el futuro de los pagos digitales: eficiencia, seguridad y cumplimiento


En una era marcada por el avance tecnológico y la rápida digitalización, el panorama de las transacciones financieras ha experimentado un cambio transformador. Los modos de pago tradicionales, como los cheques y la moneda física, han dado paso a la conveniencia y eficiencia de los pagos digitales.


La Cámara de Compensación Automatizada (ACH), las transferencias electrónicas y las tarjetas de crédito se han convertido en las piedras angulares del comercio moderno, permitiendo transacciones fluidas a través de fronteras y zonas horarias. Sin embargo, a medida que estos métodos de pago digitales florecen, las partes interesadas de la industria son cada vez más conscientes de los riesgos inherentes que van de la mano de este progreso.


La ventaja digital: Eficiencia y accesibilidad


Los pagos digitales han revolucionado la forma en que las empresas y los consumidores realizan transacciones, ofreciendo comodidad y velocidad incomparables. Las transferencias ACH permiten el movimiento automático de fondos entre cuentas, agilizando procesos como el pago de nóminas y facturas.


Las transferencias electrónicas agilizan las transacciones internacionales, eliminando los intermediarios que consumen mucho tiempo en el comercio transfronterizo tradicional. Las tarjetas de crédito, con su amplia aceptación y capacidades de pago instantáneo, se han convertido en la opción preferida para compras en tiendas y en línea.


Más allá de la conveniencia, estos métodos digitales han democratizado el acceso financiero. Las pequeñas empresas ahora pueden competir a escala global, llegando a clientes más allá de sus mercados locales. Los consumidores se benefician de la flexibilidad de administrar sus finanzas, realizar compras y pagar facturas con unos pocos clics. Sin embargo, estos beneficios están entrelazados con riesgos potenciales que requieren una cuidadosa consideración.


Navegando los riesgos: seguridad y fraude


El auge de los pagos digitales también ha dado lugar a una serie de desafíos en materia de ciberseguridad. Dado que las transacciones se realizan en el ámbito virtual, el potencial de ciberataques, filtraciones de datos y fraude ha crecido exponencialmente.


Si bien las violaciones de seguridad ocurren predominantemente en los comerciantes conectados a la red y no en los propios sistemas de pago, los actores maliciosos buscan constantemente vulnerabilidades en los sistemas de pago para obtener acceso no autorizado a información confidencial, lo que genera pérdidas financieras y daños a la reputación tanto de las empresas como de los consumidores.


Las transacciones ACH, si bien son eficientes, pueden ser susceptibles a apropiaciones de cuentas y retiros no autorizados. Las transferencias electrónicas, particularmente en contextos internacionales, pueden estar sujetas a instrucciones fraudulentas que desvían fondos a destinos equivocados.


El fraude con tarjetas de crédito sigue siendo una preocupación persistente, ya que la información de los titulares de tarjetas se ve comprometida a través de infracciones de los minoristas. A medida que estos riesgos evolucionan, las partes interesadas de la industria deben adoptar medidas de seguridad integrales para salvaguardar las transacciones digitales.


El papel de las regulaciones y el cumplimiento


Al reconocer la necesidad crítica de abordar estos desafíos, los organismos reguladores han implementado medidas para proteger los ecosistemas de pagos digitales. El Estándar de seguridad de datos de la industria de tarjetas de pago (PCI DSS) proporciona requisitos sólidos para proteger los datos de las tarjetas de crédito y débito, lo que requiere cifrado, evaluaciones de seguridad periódicas e informes de cumplimiento.


La falta de cumplimiento de PCI por parte de entidades no bancarias (principales minoristas, sobre todo) ha sido la causa inmediata de importantes filtraciones de datos, lo que demuestra que un ecosistema seguro depende del cumplimiento por parte de todos los manejadores de datos.


Los estándares globales de seguridad de tarjetas y pagos móviles de EMVCo (Europay, Mastercard y Visa Consortium) son un gran paso adelante para asegurar nuevos tipos de pago y han reducido el fraude en los pagos en todo el mundo. El nuevo estándar EMV Secure Remote Commerce (SRC) se encuentra cada vez más en línea, donde se llama "Haga clic para pagar" y aprovecha una combinación de métodos para asegurar transacciones sin tarjeta presente.


La Ley de Secreto Bancario y las regulaciones contra el lavado de dinero imponen prácticas sólidas de diligencia debida a las instituciones financieras, mitigando el posible uso indebido de las plataformas de pago digitales para actividades ilícitas.


Sin embargo, lograr el cumplimiento no es una solución única para todos. Los participantes de la industria deben adaptar sus protocolos de seguridad a sus panoramas operativos específicos. Mecanismos de autenticación sólidos, identificación multifactor, adopción de los últimos estándares de organismos como el PCI Council y EMVCo, y el monitoreo de transacciones en tiempo real se encuentran entre las estrategias que pueden fortalecer las plataformas de pagos digitales contra las amenazas.


Las regulaciones desiguales entre bancos e instituciones financieras no bancarias en la industria de pagos global son un problema que debe abordarse. El Consejo de la Industria de Pagos Globales de BAFT, compuesto por banqueros de alto nivel en pagos globales, está publicando un documento técnico colaborativo titulado "Regulaciones desiguales en pagos", que es un código modelo sobre cómo remediar el panorama de pagos desiguales.


Aborda los cuatro temas de las regulaciones desiguales y sus implicaciones:


  • Supervisión regulatoria,

  • Ampliación al patrocinio: participación indirecta en el esquema,

  • Coherencia de los requisitos KYC/CDD,

  • Permisibilidad de la actividad transfronteriza.



El principio general debería ser evitar la ambigüedad o normas “silenciosas”, que luego conducirán a interpretaciones diferentes y a una aplicación difícil. El artículo se publicará a finales de este año.


La colaboración y la innovación como defensores


A medida que el panorama de los pagos digitales continúa evolucionando, la colaboración y la innovación emergen como estrategias vitales para gestionar los riesgos. Las partes interesadas de la industria deben unirse para compartir conocimientos, mejores prácticas e inteligencia sobre amenazas emergentes.


Las instituciones financieras, los minoristas, las nuevas empresas de tecnología financiera, los expertos en ciberseguridad y los organismos reguladores deben forjar asociaciones para crear un frente unido contra las amenazas cibernéticas.


Además, adoptar avances tecnológicos como la inteligencia artificial (IA) y el aprendizaje automático puede permitir que las plataformas de pago detecten anomalías y patrones que indiquen actividades fraudulentas. Los algoritmos de detección de fraude en tiempo real pueden proporcionar una capa adicional de seguridad, identificando y bloqueando rápidamente transacciones sospechosas.


Sin dolor no hay ganancia


La actual revolución de los pagos digitales ofrece una serie de beneficios que permiten a las empresas y a los consumidores realizar transacciones con una facilidad sin precedentes. Sin embargo, estas ventajas van acompañadas de riesgos inherentes que requieren vigilancia y acción estratégicas.


Las violaciones de seguridad, el fraude y los desafíos de cumplimiento subrayan la necesidad de estrategias integrales de gestión de riesgos. Al implementar medidas de seguridad sólidas, cumplir con las regulaciones, fomentar la colaboración y aprovechar tecnologías innovadoras, la industria puede navegar por el intrincado panorama de los pagos digitales y marcar el comienzo de una era de transacciones seguras y fluidas.


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