El alivio de la pobreza y el papel de las remesas
- Jaime González Gasque

- Aug 22
- 4 min read

La pobreza sigue siendo uno de los problemas globales más acuciantes, afectando a miles de millones de personas en todo el mundo. Gobiernos, organizaciones internacionales y entidades no gubernamentales han implementado numerosas estrategias para combatirla, incluyendo programas de bienestar social, iniciativas de desarrollo económico y programas de microfinanzas. Sin embargo, uno de los factores más significativos, aunque a menudo ignorados, en la mitigación de la pobreza son las remesas, que pueden definirse como las transferencias financieras que realizan los migrantes que trabajan en el extranjero para mantener a sus familias en sus países de origen. Estos fondos, a menudo enviados con regularidad, constituyen una fuente crucial de ingresos para muchos hogares, ayudando a cubrir necesidades esenciales como alimentación, educación, atención médica y vivienda. El impacto económico de las remesas
Se prevé que las remesas registradas oficialmente a los países de ingresos bajos y medios (PIBM) alcancen los 685 000 millones de dólares en 2024. Según el Banco Mundial, se proyecta que las remesas globales alcancen los 913 000 millones de dólares para 2025, con un crecimiento estimado del 2,8 % anual respecto a los niveles anteriores (Banco Mundial, 2024), y una parte significativa se destine a los países en desarrollo. En muchos PIBM, las remesas ya superan la inversión extranjera directa (IED) y la asistencia oficial para el desarrollo (AOD), lo que las convierte en una de las fuentes más importantes de apoyo financiero externo.
Los cinco principales países receptores de remesas en 2024 son India, con una entrada estimada de 129 000 millones de dólares, seguida de México (68 000 millones de dólares), China (48 000 millones de dólares), Filipinas (40 000 millones de dólares) y Pakistán (33 000 millones de dólares). La población total influye en esta lista. Por otro lado, en países como Tayikistán y Tonga, las remesas representan más del 35% del PIB y desempeñan un papel vital en el sostenimiento de sus economías.
Estos fondos no solo brindan a los hogares un apoyo financiero esencial, sino que también contribuyen a la resiliencia económica, permitiendo a las familias invertir en educación, atención médica y emprendimientos. A diferencia de otras formas de ayuda financiera, que pueden verse enredadas en trámites burocráticos, las remesas se entregan directamente a los beneficiarios, garantizando un alivio económico inmediato y significativo. Este apoyo directo garantiza una distribución más amplia y equitativa de la riqueza dentro del país receptor, contribuyendo así a reducir las disparidades económicas. Al proporcionar un ingreso estable a sus familias, los trabajadores inmigrantes también ayudan a los beneficiarios a invertir en pequeñas empresas, impulsando aún más las economías locales.

Remesas e Inclusión Financiera
Una de las maneras cruciales en que las remesas contribuyen a la reducción de la pobreza es promoviendo la inclusión financiera. Muchas familias que reciben remesas carecen de acceso a los servicios bancarios tradicionales y recurren a canales informales como la hawala para administrar sus fondos. Sin embargo, en los últimos años, el auge de las plataformas de pago digitales y la banca móvil ha facilitado transacciones más fáciles, rápidas y seguras. Fomentar la alfabetización financiera y ampliar el acceso a la banca para los receptores de remesas sin duda generará beneficios económicos a largo plazo, como un mayor ahorro e inversión en activos productivos.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) recomienda cinco medidas clave de protección al consumidor para potenciar el impacto de las remesas en la reducción de la pobreza:
Regular las comisiones de transferencia y los tipos de cambio para reducir los costos y garantizar que más fondos lleguen a los destinatarios.
Promover la alfabetización financiera mediante programas educativos para ayudar a los consumidores a tomar decisiones informadas.
Fomentar los servicios de remesas digitales para ofrecer opciones de transferencia de dinero más asequibles y accesibles.
Mejorar la transparencia y combatir el fraude para proteger a los consumidores de comisiones ocultas y prácticas engañosas.
Desarrollar mecanismos eficaces de resolución de disputas para ofrecer recursos en casos como retrasos en las transferencias o discrepancias en los montos recibidos.
Estas medidas se alinean con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas de 2015 y buscan crear un sistema de remesas más eficiente, seguro y eficaz. Incluso después de 10 años, la lista sigue vigente, por lo que…
A pesar de sus beneficios, las remesas enfrentan varios desafíos. Las altas comisiones por transacción, en particular para las transferencias de dinero transfronterizas, siguen siendo un obstáculo importante. A nivel mundial, el envío de remesas cuesta un promedio del 6,65 % del monto enviado. Reducir estos costos mediante reformas políticas, innovaciones en tecnología financiera y una mayor competencia en el mercado de remesas puede maximizar el impacto de estos flujos financieros.
Además, la volatilidad económica en los países receptores de migrantes puede afectar los flujos de remesas. Durante crisis mundiales, como la pandemia de COVID-19, las remesas disminuyeron drásticamente, lo que agravó las dificultades económicas en muchos países receptores. Los líderes nacionales deberían implementar estrategias como la reducción de impuestos sobre las remesas, que puedan apoyar canales de remesas estables y seguros para las poblaciones vulnerables.
Las remesas son fundamentales para mejorar la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo. No debe pasarse por alto el reconocimiento del papel fundamental de los trabajadores migrantes y la facilitación de flujos de remesas más fluidos para una economía global más equitativa y próspera.
Por Merve Kara
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