Comunicaciones, entretenimiento, redes sociales, compras en línea, banca en línea: la lista continúa y hasta tal punto que los teléfonos móviles se han convertido en la tecnología más utilizada en la que confiamos en nuestras vidas. El lanzamiento del iPhone 5s en 2013 con su sensor capacitivo de huellas dactilares allanó el camino para la biometría en dispositivos móviles y su integración con aplicaciones móviles se desarrolló rápidamente poco después. La forma en que las aplicaciones móviles se han beneficiado desde entonces es asombrosa y lo han hecho de diferentes maneras.
Identificación y ciberseguridad
El beneficio más común y posiblemente más importante que la biometría ha agregado a las aplicaciones móviles es a través de la identificación y la ciberseguridad. Tradicionalmente, las contraseñas y los pines eran los medios principales por los que algunas aplicaciones optaban por protegerse. Con las crecientes vulnerabilidades de ambos debido a los ataques alarmantemente sofisticados de los piratas informáticos, la biometría ha fortalecido la integridad de las aplicaciones móviles y ha disminuido las amenazas de ciberseguridad a las que históricamente han estado expuestas. La seguridad biométrica se ha desarrollado de esta manera para incluir el reconocimiento de huellas dactilares, el reconocimiento facial, el reconocimiento de voz, el reconocimiento del iris e incluso el reconocimiento de las venas de los dedos más recientemente como formas de desbloquear características particulares en las aplicaciones o las propias aplicaciones. Los sistemas de seguridad multimodales que utilizan autenticación multifactor (que combina dos formas de identificación biométrica) han elevado aún más el nivel de protección ofrecido y han demostrado ser métodos extremadamente robustos para prevenir violaciones de datos y amenazas. El sector bancario y financiero ha adoptado casi universal y unánimemente los sistemas de seguridad biométrica como la forma principal de asegurar el acceso a sus aplicaciones y servicios. Esta adopción y la falibilidad comparativa de contraseñas y pines harán que la biometría se convierta inevitablemente en el sistema dominante en esta industria y en muchas otras por venir.
Experiencia de usuario
Otra forma en que las aplicaciones móviles se han beneficiado como resultado de la biometría es a través de una mejor experiencia del usuario. La cantidad de aplicaciones que usamos a diario está creciendo y, según TechCrunch, el usuario promedio de un teléfono inteligente usa de 9 a 10 aplicaciones por día y 30 por mes. Si solo la mitad de estos requieren algún tipo de contraseña / PIN y se siguen las mejores prácticas (que requieren una entrada compleja y única para cada uno), pronto se convertirán en una gran cantidad de contraseñas individuales que deben emplearse y usarse. Muchos de estos también deben actualizarse y modificarse periódicamente para garantizar su integridad continua. Si bien existen algunas plataformas intermedias que pueden ayudarlo a administrar esto, agrega otro paso a un proceso que ya requiere mucho tiempo. La biometría evita estos problemas y es intrínsecamente rápida y fácil de usar por naturaleza. Los sistemas solo requieren la característica específica del individuo (ya sea el rostro, el dedo, la voz o de otro tipo) que siempre tienen con ellos y les otorga acceso instantáneo a la herramienta o función en cuestión. La singularidad de nuestras propias características individuales y la solidez de los sistemas biométricos detrás de ellas significa que podemos usar estas mismas características en una variedad de aplicaciones diferentes, independientes entre sí. Esto no solo los hace más fáciles de usar para los usuarios, sino que también les permite estar más dispuestos a hacerlo, sabiendo que tendrán una experiencia rápida y protegida.
Gestión de datos
La biometría también ha permitido a los administradores de aplicaciones móviles gestionar de forma más eficaz los grandes volúmenes de datos de los que son responsables. Esto se debe a que los datos biométricos únicos de un individuo se pueden utilizar como punto focal para crear la propia clave digital individual de los usuarios. Antes de esto, las bases de datos a menudo requerían varias piezas únicas de información para administrar un sistema, ya sea inicio de sesión y contraseña, nombre, apellido, dirección física, correo electrónico, etc. para diferenciar un usuario del siguiente. Con una clave digital creada a partir de los datos biométricos únicos de un individuo, esto se convierte en el identificador principal al que también se pueden atribuir todos los demás datos relevantes. A continuación, se puede acceder a estos datos y recuperarlos inmediatamente cuando la persona está presente y los necesita. También puede conectar los datos de un individuo a través de una variedad de diferentes puntos de contacto en lo que respecta a organizaciones particularmente grandes. Esto es particularmente pertinente para las empresas que ofrecen una variedad de diferentes servicios independientes que están conectados en última instancia o en situaciones en las que tienen afiliaciones o asociaciones con otras empresas. Usando una clave digital basada en su biometría única, estas fuentes de datos se pueden conectar, simplificando los sistemas de gestión de datos al hacerlo. Dichos sistemas se han implementado con éxito en una variedad de sectores diferentes que incluyen, entre otros, atención médica (para recuperar datos médicos del paciente), aplicación de la ley (identificación de sospechosos y catalogación de datos de la escena del crimen) y viajes aéreos (para información de pasajeros y control de pasaportes).
La biometría y las aplicaciones móviles seguirán evolucionando
Como puede ver, la biometría ha mejorado y enriquecido las aplicaciones móviles de varias formas, desde una mejor ciberseguridad y experiencia del usuario hasta una gestión de datos más eficiente. El futuro que aguarda es aún más emocionante a medida que ambas tecnologías continúan evolucionando y se complementan entre sí al mismo tiempo que conducen a grandes innovaciones y desarrollos.
Sobre el Autor
Nelson Gomes es el Jefe de Redes en NEC Nueva Zelanda y es responsable de las áreas de Comunicaciones y Seguridad del negocio, incluida la seguridad cibernética, la seguridad de la red, las redes, las tecnologías de microondas y el transporte óptico. NEC está trabajando en soluciones de seguridad de próxima generación que ofrecerán un plan predictivo de mitigación de amenazas, lo que permitirá a las empresas recuperarse por sí mismas.
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